Aguas revueltas en el sector logístico en 2021 (1)

Si has notado que cada vez es más y más caro importar desde China, no es algo que tenga que ver exclusivamente con tu proveedor. Estamos ante un auténtico desafío al que se enfrenta todo el mercado de manera global, y no: no es una cuestión exclusiva del eCommerce ni del retail.

Antes de entrar en materia con todo lo que está ocurriendo, es importante hacer una reflexión sobre cómo hemos llegado a este punto.

De manera progresiva, China se ha ido convirtiendo en el principal proveedor de casi todos los mercados del mundo. Sus fábricas funcionan a pleno rendimiento, y eso les ha llevado a ser el mayor exportador del mundo y el segundo máximo importador global.

Por ponerlo en cifras, te diré que en 2019 las importaciones del país asiático alcanzaron los 2.499,4 mil millones de dólares según informes de Santander Trade. Eso supone millones de productos textiles, electrónicos y de cualquier otra industria que te puedas imaginar.

Puede que sus principales socios comerciales sean Estados Unidos o Japón; pero lo cierto es que todo el entramado internacional depende de su capacidad de producción y logística. Otro dato revelador en este sentido: más del 50% de los vendedores de Amazon en España son de origen chino en esas mismas fechas de 2019.

Como te habrás fijado estamos aportando datos de 2019, y no es por casualidad. Sabes de primera mano cómo afectó la crisis sanitaria del COVID-19 a la economía y, si hubo un país particularmente afectado en su inicio, ese fue China.

El epicentro de todo lo que sacudió el mundo comenzó en Wuhan. No es un lugar cualquiera: su importancia es capital dentro de la economía china porque es uno de los mayores centros de distribución del país, cuna de la metalurgia, del sector textil, el automovilístico y la electrónica de consumo. Parar Wuhan, en definitiva, significaba dejar la industria china seriamente mermada.   

Después ya sabemos lo que ocurrió:  se detuvo todo el país y, progresivamente, el resto de los mercados internacionales.

En los términos de logística y distribución de los que estamos hablando podemos decir que ese parón global no tuvo un efecto inmediato. Además, el primer país en comenzar a recuperar el curso de su actividad de una manera más o menos normalizada fue precisamente China, con lo que nada hacía presagiar una crisis logística como la que se está produciendo actualmente.

Estamos ante una situación sin precedentes que ha hecho que el coste del transporte marítimo se esté elevando exponencialmente. Cada vez se paga más por los propios contenedores y los fletes por lo que se han alcanzado máximos históricos.

El envío de un contenedor de 40 pies costaba 2.000 dólares hace solo un año. En la actualidad, puede alcanzar fácilmente a los 20.000 dólares.

Para llegar a esta situación, hay diferentes factores que se deben analizar de manera independiente, pero que, en su conjunto, son los desencadenantes de la actual crisis de los contenedores chinos.

De esto hemos hablado largo y tendido antes de llegar a este punto, pero lo cierto es que es el principal factor.

Ante un desajuste como el que se ha producido, el proveedor del mundo se encuentra con que no puede satisfacer la demanda que se produce. Las economías se van reactivando y necesitan de los bienes producidos en China.

Sabemos que el eCommerce crecía a un gran ritmo antes del coronavirus. Pero los confinamientos y el miedo a los contagios que los han seguido han impulsado este canal por encima de cualquier previsión, llegando a ser un 25% superior al mismo periodo antes de la pandemia y con muchos nichos creciendo incluso en confinamiento.

Esa inercia alcista puede haberse moderado, pero no se ha detenido. Nuevos usuarios se han incorporado al canal y la recurrencia de los que ya compraban por internet ha crecido.

Como consecuencia de esto, China va batiendo récords de demanda y volumen exportado: en julio fueron un 32% superiores. Pese a la enorme capacidad de ese país para producir y abastecer, también tienen un límite.

En este círculo vicioso en el que nos encontramos, resulta que los principales fabricantes de contenedores están en… efectivamente: en China. Son 3 empresas de ese país las que producen el 80% de los que se utilizan en todo el mundo.

Aún así, tampoco se podrían enviar al ritmo que pide el mercado porque simplemente no hay buques para transportarlos. Solo en el primer semestre de 2021 se fabricaron 9 veces más embarcaciones y la venta de barcos de segunda mano está absolutamente desatada.

Incluso aunque la mercancía llegue a su destino, los diferentes puertos tienen que garantizar el tráfico y la gestión de las mercancías recibidas. El espacio, el tiempo y los recursos son limitados y no se pueden escalar de manera indefinida.

Tampoco ha ayudado el famoso incidente del canal de Suez. Aquella semana que permaneció impracticable por el barco encallado supuso retrasos a sumar a los que ya se estaban generando por el resto de las circunstancias comentadas.

La incidencia que sigue teniendo es más que notable. Cada vez que se detecta un nuevo brote en China, las autoridades son realmente estrictas con las medidas a tomar. Esto significa que en muchas ocasiones se detiene temporalmente la actividad en fábricas o puertos con motivo del coronavirus.

En una próxima entrega de esta serie vamos a hablar de las consecuencias que esto va a tener en las próximas fechas. No olvidemos que estamos a solo 3 meses de la esperada campaña de Black Friday, Navidad y rebajas.

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