La revalorización del eCommerce local y de proximidad

Una de las mejores cosas que nos brinda el hecho de tener una tienda online es la flexibilidad. Con una tienda online podemos llegar hasta donde queramos, porque la escalabilidad es mucho más fácil que con tiendas físicas.

Con el comercio electrónico, tendemos a pensar siempre a lo grande porque, al fin y al cabo, Internet es un canal global que abre nuestro escaparate a todo el mundo. Pero, de un tiempo a esta parte, se están poniendo mucho más en valor ciertos atributos que están en el otro extremo. El eCommerce local resulta cada vez más interesante para los clientes y, por lo tanto, es algo a tener en cuenta en nuestra estrategia.

Aunque a simple vista puede no parecerlo, el comercio electrónico local puede ser mucho más competitivo. Existen algunos aspectos que hacen que destaque, ventajas competitivas a las que se les puede sacar mucho jugo. Veamos cuáles son.

El giro hacia lo eco-friendly ha pasado de ser algo alternativo o una postura moral un tanto marginal, a convertirse en un auténtico driver de compra para muchos usuarios.

Cada vez se da más la compra en el comercio local como una manera de apoyar a la comunidad, y eso se puede trasladar también al canal online.

Los consumidores de comercio local han cambiado su mentalidad: ya no son cuatro “radicales” los que miran con lupa las etiquetas de los productos, los que reciclan y en definitiva, conciben el consumo desde un punto de vista responsable.      

¿Qué tiene que ver esto con el eCommerce de proximidad? Tanto como el hecho de que los productos fabricados o producidos a una distancia menor del consumidor final tienen una huella de carbono muy inferior.

Otro de los valores que realmente aporta el hecho de trabajar con comercios locales es que se fomenta la trazabilidad. Para el cliente siempre es muy interesante saber de dónde viene el producto y ser capaz de entender el proceso que ha éste ha atravesado hasta tenerlo en su poder.

Los vendedores locales, a diferencia de los que envían sus productos desde países más lejanos, generan la confianza de poder entenderte en tu idioma, compartir el marco legal o incluso tener una dirección física a la que realmente puedes recurrir ante cualquier incidencia.

A nivel de logística no tiene nada que ver lo que supone traer un producto de China o de la India a hacerlo desde Alicante (por poner un ejemplo).

Hay una cuestión indudablemente económica en todo esto, ya que los costes, lógicamente, son muy superiores en la importación de cualquier bien. De un modo o de otro, esto repercute en el precio que aplicamos a nuestros productos o en el margen que percibimos (dependiendo de si trasladamos o no ese coste al cliente).

Este no es un asunto menor. Fíjate en que muchos compradores más o menos avanzados han comprado productos en eCommerce extranjeros. En el caso de los comunitarios, los plazos de entrega se dilatan bastante (aunque siguen siendo más o menos razonables).

En el caso de comprar en una tienda o marketplace de otra latitud, la cosa se complica. El cliente puede tener que esperar semanas para recibir su pedido. Y eso, en un entorno que cada vez es más inmediato y premia incluso las entregas en el mismo día, resulta un hándicap hasta para gigantes como Aliexpress (que se vio forzado a montar una plataforma logística en España para poder competir).

Los eCommerce locales pueden ser muy competitivos en tiempos de entrega con un coste inferior en paquetería.

Además hay otro aspecto a reseñar: la logística inversa. Devolver un producto a China o Estados Unidos puede ser toda una odisea –tanto como para disuadir de la compra a más de una persona.

Trabajar con eCommerce locales implica estar dentro de su contexto. Si tu país tiene una situación estable, lo lógico es que no tengas grandes problemas. O, al menos, que los clientes sean conscientes de esos problemas porque les afectan transversalmente y a todos los niveles.

Sin embargo, comprar fuera de tus fronteras supone enfrentarte a múltiples complicaciones potenciales. Con todo lo ocurrido a raíz del coronavirus se ha visto cómo los mercados internacionales se pueden llegar a saturar; pero puede haber otro tipo de incidentes que no sean necesariamente sanitarios: guerras, bloqueos, conflictos internacionales…

El mejor ejemplo de lo que puede pasar es el que estamos viviendo actualmente con la crisis de los contenedores y el transporte marítimo en China. Desgraciadamente, esto puede ser solo el principio de lo que se nos viene encima al tener tanta dependencia de los fabricantes chinos.

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