NFTs: qué son realmente y para qué se están usando

Hace solo unos meses hacíamos un primer análisis de qué son los NFTs o Non Fungible  Tokens y sus posibilidades para el eCommerce. Este tipo de producto digital ha experimentado un auge espectacular en muy poco tiempo y hay algunas voces que ya están encendiendo las alarmas. 

 ¿Estamos ante otra buena idea que se va de las manos?

Se trata de una forma de vender activos únicamente digitales otorgando la propiedad al comprador de manera que se pueda acreditar. 

 Los NFTs, por lo tanto, se pueden considerar productos desde el momento en que se dan dos circunstancias: hay una transacción económica y hay una cantidad limitada de bienes (puede ser 1 o 1.000, pero cada token vendido está numerado y asociado a su comprador). 

 Es importante entender que la naturaleza digital del propio producto hace que sea imposible evitar su replicación, pero un archivo de metadatos incluido en el NFT hace que lo que obtengamos al copiarlo sea solo una réplica sin valor. 

 De alguna manera, es algo parecido a hacer una foto de La Gioconda: ¿eso despoja al propietario de la posesión de la obra? Evidentemente no. 

No nos vamos a extender más con la explicación, porque aquí tenéis dos posts de una serie en la que entramos con mucha profundidad en el tema. 

Sobre el papel la idea es genial. Permite que los creadores digitales tengan la posibilidad de monetizar su obra de una manera adicional. Incluso han surgido marketplaces que abren el mercado de los NFTs al eCommerce. 

 El asunto es que las transacciones se hacen exclusivamente utilizando criptomonedas y tecnología blockchain. En el fondo, esta es la manera más lógica de gestionar la propiedad del token, pero al mismo tiempo hace que ese cierto aire de especulación que hay detrás de esta tecnología haya acabado por hacerse patente en el área de los Non Fungible Tokens. 

Estamos viendo cómo tanto anónimos como algunas personalidades muy reconocidas están llenando las redes sociales con sus adquisiciones de ilustraciones de gatos, monos o pingüinos. Esto, que aparentemente es solo un dibujo, lo que tiene detrás es un auténtico negocio que mueve cientos de miles y millones de dólares. 

 Desde figuras de la NBA como Stephen Curry a estrellas de la televisión o el cine, todos ellos están haciendo inversiones realmente elevadas en NFTs. 

 Ese avatar de un mono con un determinado atributo, como puede ser un sombrero o unas gafas, hace que sea más o menos raro. En función de ello, su valor aumenta o se reduce.

 Pero no todo son ilustraciones: conviene recordar que todo esto se aplica a cualquier bien digital que se te ocurra. Incluso convierte en productos cosas como un vídeo, un tuit o un meme, algo que parecería imposible vender. 

 Pero la palabra clave es “invertir”, ya que no es solo una rareza más de personas con dinero, sino que hay todo un negocio detrás. Estas piezas, como lo haría una obra de arte física, se revalorizan con el tiempo y, como son limitadas, también lo hacen en función del principio de escasez. 

Aún es pronto para poder afirmarlo con rotundidad, pero lo cierto es que hay muchos indicios que podrían estar indicándonoslo. 

 Es más, hay quien llega incluso a definirlo como una estafa o un sistema piramidal y fraudulento. 

 Es cierto que detrás de toda buena idea siempre surgen problemas y oportunistas (y más cuando es una idea de negocio). También es cierto que no es el cambio de paradigma ni las nuevas “normas del juego” que se anunciaban. 

 Pero si se utiliza bien, resulta una herramienta más con un indudable valor y que, a medida que pase esta locura en la que parece que estamos entrando, mantendrá su utilidad. 

 El problema es que existen ciertos importantes aspectos negativos detrás de los NFTs. Por ejemplo:

•  La propia especulación que ya es patente en muchos casos.
• Fees o pagos iniciales casi abusivos en la creación de los propios NFTs.
• Problemas de seguridad. Ya hay noticias de falsificaciones y hackeos de los wallets donde se guardan las autorías.
• La inestabilidad de las criptomonedas como Ethereum, que son esencialmente las que se utilizan como pago.

 Todo ello puede terminar por lastrar definitivamente a los NFTs, transformándolos en una burbuja cuya explosión tendría importantes consecuencias y un alcance difícil de determinar. 

De momento, solo podemos esperar y estar atentos a los cambios del mercado, pero es inevitable mirar hacia los Non Fungible Tokens con cierto escepticismo. 

Imágenes | Unsplash.