Cómo vender en Instagram: 10 claves para petarlo (2)

Hace poco te contábamos las primeras de las 5 claves para petarlo vendiendo en Instagram, pero todavía nos queda munición en la recámara. A lo largo de este artículo, seguimos desarrollando el tema y completamos una pequeña guía que te resultará útil a la hora de centrarte en las acciones a tomar.

Como en el post anterior ya nos detuvimos bastante fundamentando por qué deberías incorporar esta red a tu mix de social media y cuáles son sus ventajas (insisto: te recomiendo leerlo también), vamos a pasar directamente a la parte estratégica sin perder un segundo.

Si hay una red en la que destacan las posibilidades del marketing de influencia, esa es Instagram sin lugar a dudas.

Esto se debe en gran medida a que el estilo de vida está muy patente en las fotos, vídeos y Stories que se suben. Los seguidores de estos prescriptores llegan a conectar de una forma muy directa con ellos. Ven un estilo de vida que les atrae y al que quieren aspirar, con lo que sus recomendaciones son seguidas casi como consejos entre iguales y no como anuncios.

Y dirás: ¿en qué me fijo para contratar a un influencer? Pues lo primero que tienes que hacer es conocer los tipos de influencer que existen y valorar cuáles son los pros y los contras.

Si no dispones de un gran presupuesto para llegar a la estrella del momento, o simplemente quieres ir testando las posibilidades de esta estrategia, te recomendamos que empieces buscando micro influencers relevantes para tu nicho, aunque no sean celebrities globales.

Esto es mucho más importante de lo que imaginas y no siempre se hace de la manera correcta.

Un hashtag es, al fin y al cabo, una etiqueta que ofrece contexto a la publicación. Lo que ocurre es que, al ser clickable, también permite que el usuario de Instagram pueda ver todas las fotos y vídeos que utilizan dicho hashtag e incluso seguirlo de manera directa.

La recomendación es que utilices siempre dos o tres hashtags diferentes (no abuses de ellos, que tampoco es bueno), que estén muy relacionados con lo que se muestra en tu post, tus valores de marca o lo que quieres transmitir. Y, antes de elegir, prueba con un par de alternativas diferentes para cada uno: la propia aplicación te dirá el alcance potencial que te da cada una.

Dicen que una imagen vale más que mil palabras. La cosa es que, en este caso, las palabras acompañan a la imagen, con lo que están potenciando y complementando la publicación.

Si quieres vender en Instagram, vas a necesitar hacer un buen ejercicio de escritura persuasiva aplicando los principios del copywriting para atraer y convencer a clientes potenciales.

 Un buen texto para Instagram debe:

• Contar una historia: al fin y al cabo, la gente busca la emoción en una red social, y nada emociona más que una buena historia.
• No ser necesariamente descriptivo: si la imagen ya se define, no redundes y aprovecha para aportar valores que no se vean de manera directa.
• Poderse escanear: procura organizar los párrafos de manera que se pueda seguir con sencillez cada concepto. El espacio es limitado y un par de saltos de línea hacen maravillas con la legibilidad.
• Tener el tono de Instagram y el de la marca bien alineados: no seas aburrido o excesivamente institucional en tus textos, los usuarios quieren que les diviertan y les inspiren, no leerse el BOE.

El paso previo a la venta en Instagram es conseguir un buen nivel de engagement con tu público o, lo que es lo mismo, lograr una gran cantidad de interacciones: me gustas, comentarios, reproducciones de video, posts guardados en colecciones…

Nada estimula más la participación que los concursos, ya sean con o sin premio. En ocasiones, simplemente basta con demostrar los conocimientos que tiene el usuario sobre un tema concreto o reforzar su ego. 

De todos modos, no nos engañemos: cuando se puede conseguir algo, la participación siempre sube. Cuanto más apetecible sea el premio, mayor será la cantidad de participantes y su nivel de actividad.

Puedes basar la mecánica del concurso en seguirte y etiquetar a otras personas, comentar, conseguir una mayor cantidad de likes a las publicaciones de la comunidad… aunque te recomiendo que no seas excesivamente ambicioso con la cantidad de requerimientos. Las mecánicas complicadas terminan por desanimar a los usuarios o, directamente, no las entienden y participan sin cumplir con las bases.

Aunque está evolucionando, debemos reconocer que Instagram no es la plataforma más amigable para el marketing. No nos da todas las posibilidades que esperaríamos de ella, teniendo en cuenta que son muchísimas las marcas que la utilizan profesionalmente cada día.

Lo bueno es que se puede completar con otros software y herramientas de terceros, con lo que conseguimos añadir recursos valiosos a Instagram.

¿Quieres algunos ejemplos? Faltaría más:

• Metricool: una muy buena solución para tener estadísticas completas de nuestro rendimiento en Instagram, Facebook y otras redes. Todo en un solo lugar, con información relevante y accionable.
• Splice: un editor de vídeo para móviles que te permitirá llevar tu creatividad a otro nivel.
• Hootsuite: no solo es una herramienta de productividad, también te permite incluso publicar desde el ordenador en Instagram, cosa que se agradece enormemente cuando se hace un uso profesional de esta red.

Imágenes | Unsplash, Instagram, Hootsuite.